Ahora no, ya no.

Para ti


Malgastamos nuestra vida intentando agradar a los demás, cuando deberíamos poner todo nuestro empeño en gustarnos a nosotros mismos. Dejamos de ser lo que somos para acomodar nuestra forma de vestir, de comportarnos, incluso acomodamos nuestros gustos a los de otras personas que dicen querernos, pero no es así. Si te quisieran no deberían intentar cambiarte a su versión ideal de tu persona,si te quisieran de verdad te aceptarían tal y como eres...sin más.
Que la ropa de marca tampoco es más bonita por serlo ni la que no lo es es más fea por no serlo, que el hábito no hace al monje y la elegancia es algo innato, que está en ti, en tu forma de moverte y no en la ropa que te envuelve. Que tu cuerpo es tu templo y lo has de cuidar.
Deberías cuidarte para gustarte claro que sí, pero hazlo de forma sana y equilibrada, sin cometer locuras de las que tengas que arrepentirte y poner en peligro tu salud. Que tu vida vale más que tener dos o tres tallas menos, que al fin de cuentas a quien debes querer es a ti, y que si tu no la haces nadie va a hacerlo por ti. Porque la felicidad no es lo que quieren vendernos, la felicidad está en las pequeñas cosas y la llave para abrir la puerta que te conduzca a ella la tienes tu.

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