Ahora no, ya no.

El tonto del día



Siempre tendrás en tu vida el tonto del día del que no te escapas porque no hay forma, porque están por todos lados: la calle, redes sociales, etc. No tienen profesión u oficio definido, ni género, tampoco aspecto que lo defina  pero si afición por meter la pata allá donde apuntan y disparan. Porque sí porque tienen el día de gracia, y porque si te cruzas con ellos resultas agraciado con el premio objetivo del día. Y es que no hay cosa que más amargue que un tonto que se encariñe contigo día sí y día no ¡Dios qué horror!
Tú puedes salir de tu casa con la sonrisa puesta, feliz y dichosa. No te apures que ahí está el tonto del día para borrártela como sea. No falla, vamos que si Murphy hubiera topado con él le habría inmortalizado como a la tostada. Aunque pienso que cuando dijo aquello de: “Todo lo que puede suceder, sucede”  quizás estaba pensando en él.

El problema es que el tonto te da su opinión o consejo sin que se lo pidas. Y no le discutas porque encima se ofende. Con lo bien que estabas tú tan feliz y contento, vas y te lo encuentras. Te podías haber encontrado un billete de 50 euros, ¿no? Pues no, resulta que te encontraste el premio gordo: el tonto del día dispuesto darle color a tu vida.  Porque como digo siempre que me encuentro a uno…hay días tontos y tontos todos los días.

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